Zorras no-monógamas

El colectivo que hemos elegido para esta semana es Zorras no-monógamas y así es como se describen:

«Grupo de afinidad transmaricabollo de cuerpas no-monógamas.

Dice la Vasallo (gurú que, en momentos de crisis, nos viene mejor que un lexatin) que, romper la monogamia no es para blancas, flacas, cuerdas, bonitas y bien hechas, sino justamente para todas aquellas para las que la monogamia es todavía más mentira que para el resto. Que romper la monogamia no es para aquellas que se enrollan con quien toca, no es para gente normal, ni guais de salón, ni para guais de after, ni para guais de CSO. Nosotras, como diría otra que nos calma los nervios, la Despentes, somos las feas y queremos construir desde la herida de las feas, de las que han sido abandonadas, de las que hemos aprendido a base de hostias. Llamemonos bolleras de pueblo, maricas precarias, sudakas trans y cuantos nombres queramos poner a estas cuerpas atravesadas por la herida del Amor®. Ese con mayúscula, que nos han vendido como la salvación a todas nuestras deformidades, como el camino que nos llevará a la redención por vivir en los márgenes, por querer y afectarnos en los márgenes, en los callejones oscuros, para que nadie vea nuestras perversiones.

Desde ahí surge este grupo que, lejos de pretender ser un círculo de estudio más de esas teorías que con desesperación intentamos poner en práctica (a veces con más o menos éxito), tampoco intenta ser un grupo de autoayuda en el que nos digamos las unas a las otras lo perdidas o lo guais que somos en el mundo de las afectaciones libres.

Este grupo surge de la necesidad de tener un espacio de construcción de otras formas de relacionarnos y afectarnos, de la necesidad de hablar entre nosotras, todas aquellas que bien o mal andamos el mismo camino. Surge de la necesidad de trascender los límites de contarle a una colega qué tal llevamos que la novia se eche un ligue nuevo. Queremos un lugar en el que poder sacar la voz, ponerle palabras a lo que sentimos, inventar nuevos lenguajes y éticas sentimentales que nos ayuden a sentirnos menos solas. Herramientas para desmontar la casa del amo.

Nos posicionamos, con nuestras cuerpas transmaricabollos, desde el feminismo y queremos crear un espacio seguro y libre de las dinámicas y prácticas que todos los días nos atacan. Queremos salir de los márgenes para, con mayor o menor éxito, transitar de manera colectiva hacia la creación de la manada.»

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